Mucho se comenta en estos días acerca de las barreras arancelarias fijadas
por el gobierno del Ecuador al 38% de los productos importados, se escucha y se
lee de todo, desde signos de patriotismo hasta los más burdos razonamientos, se
llega incluso a caer en una inercia guiada por el desconocimiento y la novedad
que en nada aportan al debate serio y a la estabilidad del país.
Al respecto lo más importante que se puede decir es que el problema no ha
sido causado por la política económica que lleva adelante el gobierno, sino que
obedece a razones externas, coyunturales e incluso geopolíticas. Los mayores
problemas son la baja de los precios del petróleo y la apreciación del dólar,
pero en el caso ecuatoriano el mayor problema es el primero, esto debido a que
la cantidad de dólares que ingresan a nuestra economía es menor; vendemos la
misma cantidad de petróleo, pero al vender más barato, recibimos menos dinero.
Si se rompe el equilibrio entre la cantidad de dólares que entran y que
salen de la economía se corre el riesgo de que el país se quede sin circulante
y por lo tanto se haría más difícil mantener el dólar como moneda
oficial.
Para entender mejor se pueden hacer algunas operaciones básicas; el precio
del barril de petróleo estimado para el presupuesto del estado es de 78
dólares; por cada dólar que baja, Ecuador deja de recibir alrededor de 80
millones de dólares al año. El actual precio es de 50 dólares por barril, lo
que significa que el total de dólares que dejarían de entran al país es el
resultado de multiplicar 80 millones por 28, lo que da un total de 2.240
millones. Por otro lado los aranceles graban el 38% de los productos
importados, se estima que afectará a aproximadamente 8.500 millones de compras
en el exterior y tendrá un efecto positivo de 2.200 millones; es decir, que
ante la subida del precio el país dejará de comprar 2.200 millones de dólares
afuera y los remplazará con productos producidos en Ecuador. Esto de manera
general compensa la disminución de ingresos y garantizaría el equilibrio de la
balanza de pagos. Hay que tener en cuenta que todos los países de la región han
experimentado, en mayor o menor medida, devaluaciones y una
barrera arancelaria es el único camino por el que puede optar Ecuador dada su
moneda extrajera.
Esta medida si bien tiene un impacto sobre la economía hay que reconocer que
afecta en menor medida a los sectores más vulnerables, siendo los estratos con
mayor poder adquisitivo los que deberán aportar más para superar este bache
económico. Se espera un efecto inflacionario que debe ser controlado por el
aparato estatal a fin de que sea mínimo ya que los productos producidos
localmente, en teoría, no tienen por que subir de precio; se espera también que haya una
reestructuración del empleo puesto que los bienes y servicio basados en
productos importados van a experimentar una disminución de su volumen y por lo
tanto disminución del empleo, pero por otro lado la industria nacional va a
tener crecimiento para cubrir la demanda de productos que dejan de comprarse en
el exterior, esto trae como consecuencia mayor empleo y al mismo tiempo
desarrollo de la productividad e innovación.
Se lee y se escucha que se trata de un paquetazo y la verdad cada quien
puede llamarlo como quiera, lo que si no se puede decir es que esta medida
afecte a los más pobres, basta solo con recordar cuáles eran las medidas
económicas más usuales: subida de precios de combustibles, subida de precios de
electricidad, de gas, etc. La diferencia entre las actuales medidas y las que
vivimos y sufrimos en el pasado nos dicen mucho respecto al cambio en las
relaciones de poder que hemos alcanzado y es que si lo que intentamos construir
es un país más justo y solidario, lo lógico es proteger al más débil y fomentar
la igualdad de oportunidades. Yo no quiero imaginar cual habría sido el camino para afrontar la situación que hubieran adoptado las fuerzas políticas del pasado, me siento mejor pensando que el mayor
sacrificio que deben hacer hoy en día la mayor parte de ecuatorianos es dejar
de consumir productos importados y reemplazarlos por productos nacionales.
Un Abrazo
Comments